Medita En Esto

Todo en el mundo se puede medir.  Todo en el mundo tiene un  principio y tiene un fin.  Sin embargo, existe algo que no se puede medir ya que no tiene principio ni tiene fin, eso es el amor de Dios para con nosotros.  La Biblia lo pone de esta manera: “…a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento…”  ¡Que tremendo!  El Apóstol Pablo nos está tratando de decir que el amor de nuestro Señor Jesús no se puede medir con nada que exista en este mundo.  Tal amor es inexplicable en palabras humanas.  Por eso el Señor Jesús mismo dijo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”  ¿Quiere saber qué es lo más tremendo de este amor?  El hecho de que el Señor nos amo primero sin importar en qué estado nos encontrábamos.  Así es, el Señor te ama tal y como eres.  Él no ama el pecado que mora en nosotros, pero sí nos ama a nosotros y fue por esta razón que entrego la vida de Su único Hijo por rescatar la nuestra.  El Apóstol Pablo lo pone de esta manera: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)…”  En otras palabras, si no fuera por el gran amor de Dios para con nosotros, no habría perdón ni salvación para nuestras almas.   Al meditar en todo lo que Él hizo por nosotros nos queda solamente levantar las manos y darle gracias por todas Sus bondades para con nosotros.  La próxima vez que sientas que nadie te quiere o ama, piensa en el amor tan grande demostrado hacia ti por un Dios grande que te amó antes de que tu le amaras a Él.  Y recuerda que no hay medida en esta tierra para poder medir ese amor.   Medita en Esto…


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